Lunes Negro en mercados: ¿Convocará la Fed una reunión de emergencia ante el pánico a una recesión?
Los mercados financieros globales se encuentran en estado de alerta máxima este lunes, con las bolsas sufriendo fuertes caídas y los inversores especulando sobre la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) convoque una reunión de emergencia para recortar las tasas de interés
Los mercados financieros globales se encuentran en estado de alerta máxima este lunes, con las bolsas sufriendo fuertes caídas y los inversores especulando sobre la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) convoque una reunión de emergencia para recortar las tasas de interés. Esta situación surge en medio de crecientes temores de que la economía estadounidense pueda estar al borde de una recesión, lo que ha desencadenado una ola de ventas en los mercados de renta variable y otros activos de riesgo.
El catalizador de esta turbulencia parece haber sido el informe de empleo de Estados Unidos publicado el viernes, que mostró una creación de empleo significativamente menor a la esperada. Las nóminas no agrícolas aumentaron en solo 114,000 en julio, muy por debajo de las 175,000 que anticipaban los analistas y una marcada desaceleración respecto a las 179,000 del mes anterior. Este dato ha llevado a muchos inversores a cuestionar la fortaleza de la economía estadounidense y a especular sobre la posibilidad de que la Fed haya mantenido una política monetaria demasiado restrictiva durante demasiado tiempo.
En este contexto, los rumores sobre una posible reunión de emergencia de la Fed han comenzado a circular en los mercados. Según algunas fuentes, el banco central estadounidense podría estar considerando convocar un cónclave extraordinario la próxima semana para anunciar una rebaja de tasas que podría ser de hasta 50 puntos básicos. Esta medida sería extremadamente inusual, ya que la última reunión de emergencia de la Fed tuvo lugar en marzo de 2020, en respuesta a la crisis del COVID-19.
Los mercados ya han comenzado a descontar entre cuatro y cinco recortes de tasas (de 25 puntos básicos cada uno) para lo que resta del año. La probabilidad de que la Fed recorte las tasas en septiembre se estima actualmente en un 78%, con algunos analistas sugiriendo incluso la posibilidad de un recorte de 50 puntos básicos de una sola vez. Esto llevaría la tasa de referencia de la Fed a la horquilla del 4,75-5%, desde el actual 5,25-5,5%.
Sin embargo, la decisión de convocar una reunión de emergencia no está exenta de riesgos. Por un lado, podría demostrar la disposición de la Fed para intervenir con contundencia y calmar los mercados, aprovechando el amplio margen de maniobra que le otorgan las tasas actuales por encima del 5%. Por otro lado, una acción tan drástica podría ser interpretada por los inversores como una confirmación de que la situación económica es realmente grave, lo que podría exacerbar el pánico en los mercados y acelerar la llegada de la recesión.
Marcus Ashworth, analista de Bloomberg, advierte que una reunión de emergencia de la Fed sería un movimiento precipitado y potencialmente contraproducente. Según Ashworth, "la caída de las acciones es, en esencia, un cambio de posicionamiento en el mercado, no una respuesta a un shock económico". El analista argumenta que muchos inversores han perdido el control de sus posiciones en operaciones con un apalancamiento excesivo, desde préstamos baratos en yenes japoneses hasta inversiones en la burbuja de acciones tecnológicas, especialmente en el sector de la inteligencia artificial.
"En la economía estadounidense no se ha roto nada, por lo que no hay justificación para que las autoridades monetarias intervengan y mitiguen las pérdidas de los accionistas", afirma Ashworth. "La legendaria 'put de la Fed' es una palanca de emergencia que solo se puede utilizar en caso de una verdadera emergencia, y todavía no hemos llegado a ese punto".
No obstante, la magnitud de las caídas en los mercados globales es significativa. En Asia, el índice Nikkei japonés se ha desplomado un 12,4%, mientras que las bolsas europeas están experimentando fuertes caídas. El bitcoin ha corregido más de un 11% y el petróleo retrocede un 2%, cayendo a niveles mínimos del año. Esta caída en el precio del petróleo podría, paradójicamente, convertirse en un aliado inesperado de la Fed y otros bancos centrales, facilitando potencialmente recortes de tasas más agresivos al reducir las presiones inflacionarias.
En medio de este panorama turbulento, algunas voces mantienen la calma. Pimco, una de las mayores gestoras de fondos del mundo, considera que la economía de Estados Unidos se ha ralentizado, pero no se ha hundido. Tiffany Wilding, economista de Pimco, argumenta que los últimos datos de empleo dibujan "el panorama de una economía que se ralentiza" pero que "no se ha hundido".
Wilding señala algunos factores que podrían haber influido en la debilidad de los datos de empleo, como el paso del huracán Beryl por Texas durante la semana en que se tomaron los datos, lo que impidió trabajar a miles de personas. Además, apunta a la dificultad del mercado laboral para ajustarse plenamente a la contratación estacional. En su opinión, los datos de empleo "consolidan" las posibilidades de que la Reserva Federal empiece a recortar las tasas de interés en septiembre y aumenta las opciones de que las bajadas sigan "un ritmo más rápido".
La situación actual plantea un dilema significativo para la Fed. Por un lado, la inflación, aunque ha disminuido, sigue siendo relativamente alta en comparación con el objetivo del 2% del banco central. Por otro lado, los signos de debilidad económica están aumentando, lo que podría justificar una acción más agresiva en términos de política monetaria.
El escenario se complica aún más por el hecho de que la economía estadounidense ya está operando con un déficit público sustancial. En 2023, el déficit fiscal cerró en el 6,3% del PIB, un nivel extremadamente alto. Esto significa que, si la recesión termina llegando, el gobierno de Estados Unidos tendrá un margen de maniobra limitado para estimular la demanda a través de la política fiscal, a menos que opte por incurrir en un déficit aún mayor.
Los mercados de futuros ya están descontando un recorte total de 122 puntos básicos en las tasas de interés para este año, lo que llevaría el precio del dinero en Estados Unidos desde la horquilla actual del 5,25-5,5% a niveles cercanos al 4%. Además, los inversores prevén que las tasas podrían estar en torno al 3% para fines de 2025.
Una bajada de tasas de interés podría ser útil para estimular el consumo y la inversión a través del crédito. Sin embargo, en una economía tan endeudada como la de Estados Unidos, un incremento del crédito también puede conllevar ciertos peligros de cara al medio plazo.
En última instancia, la decisión de la Fed de convocar o no una reunión de emergencia dependerá de su evaluación de la gravedad de la situación económica y de los riesgos potenciales de una acción precipitada frente a los peligros de esperar demasiado tiempo para actuar.
Los próximos días serán cruciales para determinar el curso de acción de la Fed y el futuro de la economía estadounidense. Los inversores estarán atentos a cualquier señal o comunicación por parte de los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) que pueda arrojar luz sobre las intenciones del banco central.
Mientras tanto, la volatilidad en los mercados financieros probablemente continuará, ya que los inversores intentan navegar en un entorno de creciente incertidumbre. La posibilidad de una recesión en Estados Unidos, combinada con las tensiones geopolíticas globales y los desafíos económicos en otras regiones del mundo, está creando un cóctel potencialmente explosivo para los mercados financieros.
En este contexto, la prudencia y la diversificación siguen siendo estrategias clave para los inversores. Independientemente de si la Fed convoca una reunión de emergencia o espera hasta su reunión programada en septiembre, es claro que nos encontramos en un punto de inflexión para la política monetaria estadounidense y, por extensión, para la economía global. Los próximos meses prometen ser un período de intensa actividad y potencial volatilidad en los mercados financieros mundiales.