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China, su estrategia para dominar las industrias del futuro

China, la segunda economía más grande del mundo, se encuentra en un momento crucial de transición mientras lucha por superar los efectos de la pandemia y la crisis del sector inmobiliario

Economía08/04/2024 13news-Economía

China, la segunda economía más grande del mundo, se encuentra en un momento crucial de transición mientras lucha por superar los efectos de la pandemia y la crisis del sector inmobiliario. En medio de estos desafíos, la administración del presidente Xi Jinping ha apostado por una transformación económica basada en tres industrias clave: células solares, vehículos eléctricos y baterías de iones de litio. Esta estrategia, que algunos expertos han denominado el "impacto chino 2.0", está teniendo consecuencias inesperadas en todo el mundo.

La agresiva producción y exportación de estos productos por parte de los fabricantes chinos ha llevado a una caída significativa de los precios, lo que ha tenido un efecto notable en países como Alemania y Países Bajos, donde la gente ha comenzado a forrar las vallas de sus jardines con paneles solares debido a su bajo costo. Sin embargo, esta es solo una de las muchas industrias en las que el mundo se prepara para enfrentar la próxima fase del impacto chino.

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El término "impacto chino" fue acuñado por David H. Autor, David Dorn y Gordon H. Hanson en un artículo de 2016 que analizaba el ascenso económico de China y su impacto en los mercados comerciales y laborales del mundo. Desde que el país inició sus reformas económicas en 1978, su crecimiento ha sido vertiginoso, impulsado principalmente por una rápida industrialización que convirtió a China en la fábrica del mundo.

Durante décadas, el mundo acogió a China en su seno, anunciando una era de globalización de la que se beneficiaron empresas estadounidenses y de otros países. Los responsables políticos creían que esta integración llevaría a China a abrirse económica y políticamente. Los consumidores también se beneficiaron de la baja inflación resultante. Sin embargo, esta tendencia tuvo un coste enorme para muchas comunidades, especialmente en Estados Unidos, que dependían de la industria manufacturera y vieron cómo multitud de trabajadores perdieron sus empleos en beneficio de China.

Ahora, China está enfocada en el desarrollo de tres nuevas industrias estratégicas que también son el centro de atención del resto del mundo. Esta vez, los países occidentales no quieren dejar que China se salga con la suya tan fácilmente, a pesar de que el gigante asiático pretenda desarrollar su propio ecosistema de cadena de suministro en estas industrias.

Según Rajiv Biswas, economista internacional y autor de "Megatendencias asiáticas", las economías avanzadas se enfrentan al impacto combinado de la moderación del crecimiento del PIB chino a medio plazo sobre la demanda mundial, así como a la competencia de la nueva ola de industrialización de China. Esta evolución no se limita a la fabricación de productos finales, sino que también incluye el dominio de China sobre las tierras raras y otras materias primas esenciales para abastecer estas industrias.

Ante esta situación, Estados Unidos y otros países están tomando medidas para proteger y fomentar su propia producción en industrias emergentes clave. La Ley CHIPS en Estados Unidos aporta 52.000 millones de dólares en subvenciones a la producción, investigación y desarrollo de chips, mientras que la Ley de Reducción de la Inflación impulsa la inversión en energías limpias. La Unión Europea también ha iniciado investigaciones sobre posibles subvenciones ilegales a las importaciones de vehículos eléctricos procedentes de China y ha creado la Ley Europea de Chips para impulsar la producción nacional.

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Por su parte, China ha enmarcado la respuesta de Estados Unidos como una medida que intenta frenar su crecimiento. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, ha declarado que la parte estadounidense ha adoptado medidas para reprimir el desarrollo comercial y tecnológico de China, calificándolas de "prácticas típicas de no mercado". China argumenta que el aumento de sus exportaciones en estos sectores se debe a la división internacional del trabajo y la demanda del mercado, impulsada por la transición energética mundial hacia fuentes de energía más sostenibles.

Además, China está reduciendo riesgos mediante el aumento del comercio con el sudeste asiático, donde hay una floreciente clase media, así como con otros grandes mercados en desarrollo como África y América Latina. En 2022, por primera vez en su historia, China exportó más mercancías al Sudeste Asiático que a Estados Unidos, lo que indica un cambio en los flujos comerciales mundiales en medio del cambiante panorama geopolítico.

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Los economistas de Nomura advierten que la temporada de campaña para las elecciones presidenciales estadounidenses de este año probablemente calentará algunos temas comerciales, y consideran que la deflación de los precios de exportación de China y el exceso de capacidad en sectores de importancia estratégica podrían provocar una escalada de las tensiones comerciales a finales de este año, y posiblemente más allá.

En conclusión, el "impacto chino 2.0" representa un nuevo capítulo en la competencia estratégica entre China y las economías occidentales por el dominio de las industrias del futuro. Mientras China busca transformar su economía y fortalecer su posición en el escenario global, países como Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea están tomando medidas para proteger sus propios intereses y fomentar la producción nacional en sectores clave. Este enfrentamiento no solo tendrá repercusiones económicas, sino que también podría dar forma a las relaciones geopolíticas en las próximas décadas. El mundo se encuentra en un momento decisivo, y el resultado de esta competencia determinará quién liderará la economía global en el futuro.

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