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León XIV inesperadamente electo Papa: El sorprendente giro que unificó a los cardenales reformistas contra el bloque tradicionalista

La elección del estadounidense Robert Francis Prevost como Papa León XIV ha conmocionado al mundo católico al revertir pronósticos que favorecían ampliamente al Secretario de Estado Pietro Parolin

Internacional09/05/2025 13News-Internacional

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La elección del estadounidense Robert Francis Prevost como Papa León XIV ha conmocionado al mundo católico al revertir pronósticos que favorecían ampliamente al Secretario de Estado Pietro Parolin. Este desenlace imprevisto refleja las complejas dinámicas internas de un cónclave que, según revela el prestigioso vaticanista Alberto Melloni, experimentó un giro radical en apenas 24 horas.

El perfil conciliador y pro-sinodalidad de Prevost emergió como factor decisivo en la contienda papal, permitiéndole superar la ventaja inicial de Parolin, quien obtuvo aproximadamente 49 votos en el primer escrutinio contra 38 del ahora pontífice. El umbral necesario para la elección requería alcanzar 89 votos, equivalentes a dos tercios del colegio cardenalicio.

Las revelaciones de Melloni, publicadas en el Corriere Della Sera, detallan cómo la estrategia del denominado bloque anti-Francisco terminó generando un efecto contraproducente. La campaña emprendida por cardenales críticos del legado bergogliano, quienes abogaban por "corregir" el rumbo eclesial, paradójicamente consolidó el voto de centro reformista a favor de Prevost, percibido como un candidato capaz de preservar los avances del camino sinodal sin constituir una réplica del pontífice argentino.

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"La elección de León XIV refleja un pragmatismo eclesiástico raras veces visto en cónclaves modernos", explica un especialista en asuntos vaticanos consultado por 13News. "Los cardenales optaron por un candidato que representa continuidad en temas fundamentales pero con un estilo propio, evitando tanto la ruptura como la mera replicación del modelo anterior".

Otro factor determinante en el proceso electoral fue la salida de escena de los cardenales mayores de 80 años, quienes pese a carecer de derecho a voto, tradicionalmente ejercen considerable influencia. Su ausencia permitió a los electores más jóvenes inclinar la balanza hacia un perfil menos polarizante sin abandonar la línea reformista.

Según el análisis de Melloni, Prevost no emergió como vencedor por ser la primera opción de la mayoría, sino por representar "el límite de lo aceptable para muchas sensibilidades". Esta característica le permitió aglutinar apoyos de diversas corrientes eclesiásticas que, sin concordar plenamente con su visión, lo consideraban preferible a alternativas más radicales.

La estrategia del sector tradicionalista constituyó su principal debilidad. Su discurso abiertamente "antibergogliano" terminó alienando a cardenales moderados que, sin identificarse necesariamente como entusiastas del papa argentino, rechazaban reeditar un clima de polarización dentro del Vaticano. Esta dinámica facilitó la convergencia pragmática hacia Prevost como candidato capaz de mantener equilibrios esenciales.

"El problema no fue ideológico sino táctico", señala Melloni, explicando que la presión para imponer un cambio de dirección se interpretó como un intento restauracionista. Numerosos cardenales, particularmente los más jóvenes, optaron por evitar retrocesos doctrinales o enfrentamientos internos que pudieran surgir de una ruptura abrupta con el legado de Francisco.

Desde sus primeros gestos, León XIV ha enviado señales políticas y simbólicas significativas. Su decisión de dirigirse a los fieles en italiano y español, evitando deliberadamente su lengua materna, el inglés, sugiere un distanciamiento consciente respecto a la geopolítica estadounidense mientras reafirma el eje latinoamericano que caracterizó el pontificado de su predecesor.

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Esta postura resulta congruente con sus antecedentes. En febrero, cuando fungía como cardenal, Prevost criticó abiertamente las políticas migratorias promovidas por el senador republicano JD Vance, aliado de Donald Trump. Su pronunciamiento contra las deportaciones masivas en Estados Unidos se alineó con una carta de Francisco que denunciaba tales prácticas con una contundencia inédita desde los tiempos de Pío XI.

"Ese posicionamiento confirmó que, aunque Trump ganara el voto católico, no puede reclamar el catolicismo", subraya Melloni, destacando la independencia del nuevo pontífice respecto a la política partidista de su país natal.

La trayectoria vital de León XIV representa una fusión única entre el norte institucional y el sur misionero. Nacido en Chicago pero con formación pastoral en Trujillo, Perú, su experiencia combina la solidez académica romana con la vitalidad evangelizadora latinoamericana. Esta dualidad podría definir un pontificado que integre elementos estructurales del norte global con la dinamización pastoral característica del sur.

Su elección marca una apuesta por la continuidad en aspectos fundamentales del legado de Francisco, particularmente en temas de justicia social y apertura ecuménica, pero con un énfasis probablemente mayor en la sinodalidad y gobernanza episcopal. Analistas vaticanos anticipan un estilo menos personalista que el de su predecesor, con mayor delegación en estructuras colegiales.

En su visita sorpresa al Palacio del Santo Oficio tras su elección, Prevost ofreció indicios de su estilo pastoral, caracterizado por gestos espontáneos pero también por cierta restauración simbólica. Significativamente, ha recuperado elementos rituales papales que Francisco había abandonado, estableciendo un equilibrio entre innovación y tradición que podría caracterizar su pontificado.

El nuevo Papa deberá gestionar desafíos cruciales que incluyen la culminación del proceso sinodal iniciado por Francisco, la reforma pendiente de la Curia Romana y la respuesta institucional a escándalos de abuso sexual. Adicionalmente, enfrentará tensiones geopolíticas crecientes en un contexto internacional marcado por conflictos regionales y polarización ideológica.

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En el ámbito doctrinario, observadores vaticanos anticipan un enfoque confirmatorio de las aperturas pastorales recientes, sin avances revolucionarios pero tampoco retrocesos significativos. Su posicionamiento sobre temas controversiales como la comunidad LGBTQ+, el papel de las mujeres, la crisis migratoria y el cambio climático parece alinearse con la perspectiva bergogliana, aunque posiblemente con un tono menos confrontativo.

"León XIV representa una evolución natural del proceso de reforma eclesial, no una revolución ni una restauración", señala un experto consultado. "Su elección refleja la determinación del colegio cardenalicio de preservar el rumbo establecido, pero con ajustes metodológicos y estilísticos importantes".

La elección de Prevost constituye también un reconocimiento implícito al creciente peso del catolicismo norteamericano y latinoamericano en la Iglesia global. Como primer pontífice estadounidense, deberá navegar las complejas tensiones internas del catolicismo de su país natal, profundamente dividido entre sectores progresistas y tradicionalistas.

El emergente pontificado deberá equilibrar múltiples expectativas: mantener el impulso renovador sin alienar a sectores conservadores, promover reformas estructurales sin desestabilizar la institución y posicionar a la Iglesia como actor relevante en debates contemporáneos sin comprometer su identidad esencial.

Los primeros cien días de su papado resultarán cruciales para definir prioridades y establecer el tono de su gobierno eclesial. Las designaciones en puestos clave de la Curia Romana, particularmente en la Secretaría de Estado y dicasterios fundamentales, ofrecerán indicios claros sobre la dirección que imprimirá a la Iglesia católica en los próximos años.

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