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J.P. Morgan cierra Carry Trade en Argentina con 10,4% de ganancia en dólares en 73 días

El gigante financiero estadounidense J.P. Morgan materializó una rentabilidad excepcional del 10,4% en dólares durante una operación de carry trade ejecutada en el mercado argentino a lo largo de 73 días

Economía03/07/2025 13News-Economía

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El gigante financiero estadounidense J.P. Morgan materializó una rentabilidad excepcional del 10,4% en dólares durante una operación de carry trade ejecutada en el mercado argentino a lo largo de 73 días. La estrategia, implementada tras la eliminación de restricciones cambiarias para personas físicas en abril, demostró la efectividad de aprovechar las altas tasas locales mientras el tipo de cambio permanecía bajo control gubernamental.

La decisión del banco de inversión de cerrar anticipadamente esta posición coincidió con un incremento en la cotización del dólar argentino, que alcanzó sus niveles máximos desde la liberalización del cepo cambiario. Esta sincronía temporal entre el retiro del capital estadounidense y la presión alcista sobre la divisa ilustra la influencia que ejercen las grandes instituciones financieras sobre los mercados emergentes.

La operación se fundamentó en la adquisición de la LECAP 3.9 08/15/25, identificada en los sistemas bursátiles como S15G5, un instrumento de capitalización emitido por el Tesoro Nacional. El punto de entrada se estableció en 129,38 pesos por título, aprovechando una tasa interna de retorno estimada del 40,5% anual. La salida se concretó a 139,80 pesos, registrando una apreciación del 8,05% en moneda local durante el período de tenencia.

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El contexto macroeconómico de abril proporcionó las condiciones ideales para esta apuesta financiera. El Banco Central había presentado un nuevo régimen cambiario con bandas fluctuantes entre 1000 y 1400 pesos por dólar, reemplazando el mecanismo de crawling peg del 1% mensual. Simultáneamente, se desactivaron múltiples restricciones que limitaban el acceso a divisas para particulares y empresas.

Los exportadores experimentaron un cambio significativo al requerírseles liquidar el 100% de sus ventas en el mercado oficial, superando el 80% previo. Las trabas para el pago de dividendos se eliminaron completamente, mientras que los importadores obtuvieron facilidades ampliadas para acceder a moneda extranjera. Estas modificaciones crearon un ambiente propicio para operaciones de arbitraje entre diferentes segmentos del mercado cambiario.

La mecánica operativa del carry trade siguió patrones tradicionales de esta estrategia financiera. Los inversores ingresaron dólares al país, los convirtieron a pesos mediante el contado con liquidación a 1234 pesos por dólar, y destinaron esos recursos a la compra de bonos locales. El objetivo dual contemplaba percibir intereses elevados y retornar posteriormente al dólar a través del mercado financiero.

J.P. Morgan anticipó una convergencia hacia brecha cero entre el dólar oficial y el financiero, considerando que los individuos podían arbitrar libremente entre ambos mercados. Esta unificación práctica, complementada por inyecciones de liquidez del FMI y otros organismos, mejoró sustancialmente las perspectivas para inversiones denominadas en pesos.

El análisis institucional destacó que el contexto de reservas y expectativas favorecía la estabilidad cambiaria suficiente para sostener la estrategia sin riesgos de devaluación abrupta. El tipo de cambio oficial cerró aquel día en 1196 pesos, ubicándose apenas por debajo del centro de la banda, mientras que el contado con liquidación cotizó en 1234 pesos. La brecha entre ambos mercados se contrajo a poco más del 3%.

La LECAP seleccionada pertenece a la categoría de letras en pesos con tasa fija y capitalización, caracterizada por no distribuir intereses periódicos sino acumular internamente el rendimiento hasta el vencimiento. Este tipo de instrumentos resulta particularmente atractivo en contextos de tasas elevadas y liquidez restringida, condiciones prevalecientes en el mercado argentino durante el período analizado.

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La lógica subyacente requería mantener acotado el riesgo cambiario para evitar que las altas tasas se licuaran por movimientos devaluatorios. Las bandas cambiarias del Banco Central funcionaron como ancla fundamental para que la estrategia mantuviera coherencia económica. La eliminación de la barrera de 200 dólares mensuales permitió que las personas físicas operaran libremente en ambos mercados, facilitando el arbitraje de precios.

La oferta estacional de divisas del sector agropecuario durante el segundo trimestre reforzó la estabilidad del mercado cambiario, tal como habían anticipado los analistas del banco. El contexto internacional, sin turbulencias mayores, contribuyó a mantener la apuesta sin sobresaltos significativos durante su desarrollo.

El 27 de junio, J.P. Morgan formalizó el cierre de la estrategia argumentando la finalización de las condiciones iniciales que la sustentaban. Entre los factores identificados figuraron la conclusión de la temporada de liquidación agrícola, el incremento de salidas de divisas por turismo, el ruido electoral creciente y la intervención del Banco Central en el mercado de derivados para contener el tipo de cambio sin alcanzar el techo de la banda.

La liquidación se ejecutó vendiendo el bono S15G5 a 139,80 pesos y recomprando dólares a 1206 pesos por divisa. El tipo de cambio de salida representó una apreciación del peso del 2,27% frente al dólar durante el período de tenencia. Esta combinación de factores generó la ganancia total del 10,4% en dólares, equivalente a una rentabilidad anualizada del 64,4%.

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Pese al cierre anticipado de posiciones en bonos locales, los analistas de J.P. Morgan mantuvieron perspectivas optimistas sobre el mediano plazo para la economía argentina. Destacaron la importancia del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, el impacto favorable de las reformas fiscales y el potencial catalizador de las elecciones legislativas de octubre para los mercados financieros.

El banco considera que Argentina podría recuperar el acceso a mercados internacionales hacia principios de 2026, con posibilidades de emitir hasta 4000 millones de dólares en bonos durante ese ejercicio, según las previsiones del programa económico vigente. Valoraron especialmente el respaldo explícito de organismos multilaterales y del Tesoro estadounidense, que han apoyado públicamente el nuevo esquema de políticas económicas implementado por la administración actual.

Esta operación ilustra cómo las grandes instituciones financieras internacionales aprovechan ventanas de oportunidad en mercados emergentes, capitalizando diferencias de tasas y estabilidad cambiaria temporal. El retiro de J.P. Morgan marca un punto de inflexión en las condiciones que inicialmente favorecieron estas estrategias, señalando potenciales cambios en la dinámica del mercado argentino para el segundo semestre del año.

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