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Carry trade en Argentina: por qué los inversores dudan de la estrategia tras el cambio de bandas del BCRA

El nuevo esquema cambiario eliminó la previsibilidad que sostenía las apuestas en pesos. Los operadores de la City debaten si el retorno esperado justifica el riesgo asumido con un dólar que volvió a moverse

EconomíaHace 2 horas 13News-Economía

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La modificación del régimen de bandas anunciada por el Banco Central reabrió un debate crucial entre los operadores financieros. La estrategia de carry trade, que consiste en posicionarse en instrumentos en pesos para capturar tasas superiores al avance del tipo de cambio, perdió buena parte de su atractivo según coinciden analistas consultados. El interrogante que domina las mesas de dinero no es si la maniobra puede funcionar, sino si el premio ofrecido compensa los riesgos que ahora implica ejecutarla.

Qué cambió en el mercado cambiario y cómo afecta al carry trade
Durante gran parte de 2025, las apuestas en moneda local se apoyaron en un dólar oficial que avanzaba a ritmo previsible del 1% mensual. Esa tasa fija de deslizamiento generaba una apreciación real sistemática que funcionaba como seguro implícito para los inversores. Quienes compraban LECAPs o BONCAPs sabían de antemano cuánto se movería el tipo de cambio, lo que facilitaba calcular el retorno esperado de la operación.

El nuevo esquema elimina esa certeza al indexar las bandas a la inflación pasada con dos meses de rezago. El techo dejó de desplazarse a ritmo constante y ahora fluctuará según los datos del INDEC. Esta modificación introduce volatilidad donde antes había estabilidad, alterando sustancialmente la ecuación riesgo-retorno que sostenía las estrategias de tasa en pesos.

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Cómo reaccionó el dólar tras los anuncios del Banco Central
Los tipos de cambio respondieron inmediatamente a las novedades regulatorias con movimientos alcistas generalizados. El dólar blue se consolidó cerca de los 1.500 pesos mientras el MEP superó ese umbral psicológico. El contado con liquidación escaló hacia la zona de 1.545 pesos y el mayorista avanzó hasta aproximadamente 1.450 pesos por unidad.

No se trató de un salto abrupto sino de una recuperación gradual que refleja la nueva realidad. El tipo de cambio dejó de estar anclado rígidamente y retomó su capacidad de competir contra los rendimientos en moneda local. Esta dinámica representa un cambio cualitativo respecto a los meses previos cuando el dólar prácticamente no ofrecía resistencia frente a las tasas en pesos.

Por qué el Gobierno priorizó reservas sobre desinflación según los analistas
Rocco Abalsamo, asesor financiero consultado por medios especializados, interpreta que la administración nacional tomó una decisión estratégica consciente. Según su análisis, el objetivo del Ejecutivo apunta a despreocuparse parcialmente de la convergencia inflacionaria para concentrarse en fortalecer la posición de reservas internacionales del organismo monetario.

La experiencia electoral reciente dejó una enseñanza incómoda para el equipo económico. Durante los comicios de octubre, el Banco Central exhibió debilidad patrimonial que amplificó el impacto de perturbaciones externas e internas sobre el riesgo país. Un esquema de bandas duro y poco flexible podría haber agravado esa situación vulnerable. La conclusión de Abalsamo resulta contundente: el Gobierno eligió claramente el lado del trade-off que favorece la acumulación de divisas por sobre la velocidad de desinflación.

Qué muestran las tasas en pesos y por qué preocupa a los operadores
La curva de rendimientos de instrumentos en moneda local no refleja plenamente el mayor riesgo cambiario introducido por el nuevo régimen. En el tramo corto, LECAPs y BONCAPs mantienen niveles que muchos consideran insuficientes para compensar la incertidumbre adicional. El segmento medio ofrece retornos entre 27% y 29% anual mientras que recién en vencimientos largos aparecen cifras más atractivas.

Un informe de Banco Galicia advierte que los inversores demandaron mayor cobertura tanto frente a la inflación como ante movimientos de tasas. Sin embargo, la curva de rendimiento fijo mostró fragilidad especialmente en plazos extensos. Esta configuración sugiere que el mercado no está pagando un premio proporcional al riesgo que implica apostar contra un dólar nuevamente en movimiento.

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Cómo están posicionados los asesores financieros frente al nuevo escenario
La respuesta de los profesionales del mercado resulta ilustrativa sobre el cambio de clima inversor. Abalsamo explicó que actualmente no mantienen exposición a estrategias de carry trade en sus carteras recomendadas. La razón no radica en expectativas de que la tasa corta le gane al dólar, sino en que el riesgo asumido no se justifica con el retorno esperado bajo las nuevas condiciones.

Las posiciones en pesos se volvieron mucho más selectivas entre los operadores experimentados. Quienes aún participan en instrumentos de tasa fija lo hacen únicamente cuando el cliente tiene necesidades específicas de rendimiento en moneda local. Desaparecieron las apuestas masivas que caracterizaron períodos anteriores del programa económico.

Argumentos a favor: por qué algunos creen que el carry no murió completamente
Pese al clima de mayor cautela generalizada, existen voces que sostienen la viabilidad de la estrategia bajo ciertas condiciones acotadas. El nuevo esquema cambiario elimina el atraso real del dólar sin convalidar por ahora un salto discreto significativo. Esta característica mantiene relativamente acotado el riesgo de alzas bruscas en el horizonte inmediato.

Adicionalmente, el Banco Central dejó establecido que la expansión de agregados monetarios estará vinculada a la demanda genuina de dinero. Este compromiso reduce la probabilidad de un desborde inflacionario que obligue a correcciones cambiarias abruptas. Algunos operadores anticipan que el mayor riesgo percibido podría traducirse en subas moderadas de tasas cortas entre uno y dos puntos porcentuales, mejorando el atractivo para estrategias de muy corto plazo.

Conclusión: el carry trade cambió de naturaleza en el mercado argentino
El diagnóstico predominante entre los profesionales del mercado financiero local resulta inequívoco tras analizar las implicancias del nuevo régimen. Las apuestas en pesos dejaron de representar una alternativa cómoda y pasaron a constituir operaciones de alta precisión que demandan timing perfecto y horizontes muy breves.

La pregunta relevante ya no es si el carry trade puede generar retornos positivos bajo las nuevas reglas. El interrogante correcto apunta a determinar cuánto riesgo está dispuesto a tolerar cada inversor para intentar capturar diferenciales de tasa cada vez más estrechos. Por ahora, la respuesta mayoritaria de la City exhibe bastante menos entusiasmo que semanas atrás cuando el dólar dormía plácidamente dentro de bandas predecibles.

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