Elon Musk quiere que Tesla sea una empresa de inteligencia artificial y robótica: el acuerdo con China abre el camino
Elon Musk, fundador y CEO de Tesla, tiene una visión clara para el futuro de la compañía: convertirla en una empresa líder en software, inteligencia artificial (IA) y robótica
Elon Musk, fundador y CEO de Tesla, tiene una visión clara para el futuro de la compañía: convertirla en una empresa líder en software, inteligencia artificial (IA) y robótica. En la última semana, Musk ha decidido acelerar hacia la conducción autónoma como gran apuesta de futuro, con el objetivo de diferenciarse de los fabricantes de coches tradicionales. "Podemos generar la mayor creación de valor de la historia" si ese salto sale bien, aventuró.
Un paso crucial en esta dirección ha sido el reciente viaje de Musk a China, donde se reunió con altos cargos del Gobierno de Pekín. En menos de 24 horas, el magnate consiguió un acuerdo para eliminar las restricciones que Xi Jinping había impuesto sobre los coches de la firma americana y poner en marcha su sistema de conducción autónoma en el país asiático, a cambio de garantizar que los datos recopilados por la compañía se almacenarán en China. Esta autorización ha provocado un aumento de más del 10% en las acciones de Tesla en los primeros compases de Wall Street.
El objetivo de Tesla es que el mayor número posible de personas prueben su sistema de conducción autónoma parcial por IA, conocido como FSD (Full Self Driving). Para ello, Musk redujo el precio de la suscripción a la mitad, a 99 dólares al mes. En la conferencia posterior a la presentación de los resultados trimestrales de la empresa, Musk recomendó a todos los inversores que probaran el último modelo de FSD, que considera el futuro de la firma.
Musk tiene una visión clara de lo que quiere que sea Tesla: "En realidad, deberíamos ser considerados una empresa de inteligencia artificial o robótica. Si valoras a Tesla como una empresa automovilística, fundamentalmente, es el marco equivocado", aseguró. Los coches que fabrica Tesla son, en realidad, una concha en la que introducir su software de IA, que es lo que la compañía realmente quiere vender. En otras palabras, Musk no busca competir con Ford o Toyota, sino con gigantes tecnológicos como Microsoft o Apple.
Sin embargo, Apple decidió recientemente abandonar su proyecto de coche autónomo, un "fantasma" que había sido objeto de rumores durante una década. La firma de Cupertino optó por trasladar los recursos y trabajadores de esa división a la innovación en IA, al considerar que la conducción autónoma completa no sería posible a corto plazo y que no quería limitarse a vender un coche "tradicional", por muy avanzado que fuera.
Musk, por su parte, ve la evolución de Tesla como un camino lógico: comenzó fabricando coches tradicionales, aunque eléctricos, para poner en marcha sus fábricas y superar los primeros problemas de coste, antes de dar el salto a su objetivo real. Cuando la tecnología de conducción automática esté plenamente operativa, solo será necesario actualizar los modelos existentes para dar el salto definitivo. "Vamos a solucionar la conducción autónoma. Vamos a poner el 'auto' en 'automóvil'", aseguró.
El desafío al que se enfrenta Tesla es que, al igual que ocurre con la IA, pasar de un sistema que funcione correctamente el 95% de las veces a otro que resuelva el 99% de los posibles eventos en carretera es muy complicado. Y dar el salto del 99% al 100% es casi más difícil que ir del 1% al 95%. Aunque el FSD de Tesla permite aparcar solo, gestionar cambios de carril y mantener la dirección estable en autopistas, todavía no permite que el conductor pueda dejar de prestar atención a la carretera. Ese salto aún parece estar lejos, pero Musk lo tiene claro: "Cualquiera que no crea que vamos a resolver el problema de la conducción autónoma no debería invertir en Tesla", sentenció.
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