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El dilema de la IA: ¿Nuevo gigante tecnológico monopólico o commodity del futuro?

El renombrado inversor Marc Andreessen planteó esta cuestión durante su intervención en el Ray Summit, un evento sobre IA celebrado recientemente en San Francisco. Según Andreessen, existen dos escenarios posibles para el devenir del sector

Tecnología06/10/2024 13News-Tecnología

En el corazón de Silicon Valley, una pregunta aparentemente absurda está generando un intenso debate entre los titanes de la industria tecnológica: ¿Se asemejará el futuro de la inteligencia artificial más a Google o a un simple paquete de arroz? Esta comparación, lejos de ser trivial, encapsula una disyuntiva fundamental sobre el porvenir económico de una de las tecnologías más prometedoras y disruptivas de nuestra era.

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El renombrado inversor Marc Andreessen planteó esta cuestión durante su intervención en el Ray Summit, un evento sobre IA celebrado recientemente en San Francisco. Según Andreessen, existen dos escenarios posibles para el devenir del sector. El primero dibuja un panorama de monopolios y ganancias estratosféricas, similar al dominio que Google ejerce en el ámbito de las búsquedas en internet. En este escenario, una única empresa emergería victoriosa, ostentando el modelo más avanzado y capaz de responder a cualquier consulta con una precisión inigualable, lo que le otorgaría un poder de fijación de precios prácticamente ilimitado.

El segundo escenario, menos halagüeño para los emprendedores e inversores, presenta un mercado saturado y altamente competitivo. En esta visión, la IA se convertiría en un producto básico, con márgenes de beneficio ínfimos y escasa diferenciación entre proveedores. Andreessen ilustra esta posibilidad comparándola con el mercado del arroz, donde la competencia feroz ha llevado a una homogeneización del producto y a una guerra de precios constante.

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La proliferación de modelos de lenguaje de gran escala (LLM) de código abierto y la aparición diaria de nuevas startups en el campo de la IA parecen inclinar la balanza hacia este segundo escenario. La democratización de la tecnología podría conducir a una situación en la que cualquier empresa sea capaz de ofrecer servicios de IA comparables, erosionando así las ventajas competitivas y los márgenes de beneficio.

En medio de este debate, OpenAI, una de las empresas líderes en el desarrollo de IA, acaba de cerrar una ronda de financiación de 6.600 millones de dólares, alcanzando una valoración de 157.000 millones tras la inversión. Esta cifra astronómica sugiere que, al menos por ahora, los inversores apuestan por el primer escenario planteado por Andreessen.

Kevin Weil, director de Producto de OpenAI, abordó estas cuestiones en una entrevista posterior. Lejos de mostrar preocupación por la proliferación de modelos de código abierto, Weil ve esta tendencia como algo positivo para la industria en su conjunto. "No se trata de elegir entre uno u otro", afirmó, subrayando que el objetivo principal es poner la IA al alcance de más personas.

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Weil destacó la superioridad tecnológica de OpenAI como su principal ventaja competitiva, argumentando que los usuarios buscan los modelos más capaces, seguros y asequibles. Sin embargo, reconoció que la ventana de oportunidad para cobrar márgenes elevados por los modelos más avanzados es limitada. "Si se vuelve posible hacer estas cosas por 3 dólares, no puedes seguir cobrando 5.000 por mucho tiempo", admitió, anticipando una eventual alineación de los precios con los costos reales de producción.

Esta perspectiva plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del modelo de negocio de OpenAI y otras empresas similares. Aunque la compañía está creciendo a un ritmo vertiginoso, aún opera con pérdidas significativas. La reciente inyección de capital podría intensificar la presión para generar beneficios o, al menos, mostrar un camino claro hacia la rentabilidad.

El auge de modelos de IA de código abierto, como Llama de Meta, disponibles gratuitamente, añade otra capa de complejidad al panorama. Estos modelos podrían socavar la capacidad de las empresas de cobrar por el acceso a sus versiones más avanzadas si las alternativas gratuitas resultan suficientemente buenas para la mayoría de los usuarios.

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La caída de los precios por "token" que las empresas de IA pueden cobrar en los últimos 18 meses es un indicio de esta tendencia hacia la commoditización. No obstante, Weil se muestra optimista, argumentando que OpenAI se mantendrá "tres pasos por delante" de la competencia gracias a su innovación continua.

El desenlace de este dilema tendrá profundas implicaciones no solo para las empresas de IA, sino para la economía global en su conjunto. Si prevalece el escenario de monopolio, podríamos presenciar el nacimiento de nuevos gigantes tecnológicos con un poder de mercado sin precedentes. Por otro lado, si la IA se convierte en un commodity, podría desencadenar una ola de innovación y democratización tecnológica, pero a costa de reducir drásticamente los márgenes de beneficio en el sector.

En última instancia, el futuro de la IA probablemente no se ajuste perfectamente a ninguno de estos extremos. Es más probable que emerja un escenario intermedio, donde la diferenciación tecnológica, la seguridad y la capacidad de adaptación a necesidades específicas jueguen un papel crucial en la determinación del valor y la rentabilidad de las soluciones de IA.

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Mientras tanto, la industria sigue su curso vertiginoso, con inversiones multimillonarias y avances tecnológicos que se suceden a un ritmo frenético. La pregunta de si la IA se parecerá más a Google o a un paquete de arroz sigue sin respuesta definitiva, pero su resolución moldeará indudablemente el paisaje tecnológico y económico de las próximas décadas.

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