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Paritarias perdieron contra inflación: crisis salarial golpea

Las negociaciones colectivas de trabajo atraviesan un período crítico en Argentina, donde la mayoría de los principales sindicatos experimentaron un deterioro en el poder adquisitivo de sus afiliados durante los primeros 6 meses de 2025

Economía07/08/2025 13News-Economía

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Las negociaciones colectivas de trabajo atraviesan un período crítico en Argentina, donde la mayoría de los principales sindicatos experimentaron un deterioro en el poder adquisitivo de sus afiliados durante los primeros 6 meses de 2025. La medición realizada por la consultora Synopsis revela que únicamente uno de los 12 gremios más representativos del país logró superar el incremento de precios, evidenciando una tendencia preocupante que impacta directamente en el consumo interno y la dinámica económica nacional.

El panorama laboral presenta contrastes marcados entre sectores, donde el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte emergió como la única organización sindical capaz de obtener aumentos superiores al índice inflacionario, consiguiendo una ventaja de aproximadamente 2 puntos porcentuales. Esta excepción confirma la regla generalizada de retroceso salarial que afecta al resto de las actividades económicas del país.

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Los trabajadores bancarios lograron mantener el equilibrio mediante una estrategia defensiva, vinculando sus incrementos remunerativos directamente a la variación del índice de precios al consumidor. Esta metodología les permitió evitar la erosión del poder adquisitivo, aunque sin conseguir mejoras reales en sus ingresos. La decisión de indexar automáticamente los salarios representa una respuesta pragmática ante la volatilidad económica, aunque limita las posibilidades de crecimiento real de las remuneraciones.

La situación se agrava considerablemente en el sector público, donde las políticas de ajuste fiscal implementadas por el gobierno nacional generaron impactos diferenciados según la actividad. Los empleados ferroviarios enfrentaron la mayor contracción salarial del período, con una caída superior al 10% en términos reales. Esta dramática reducción refleja las medidas de racionalización del gasto estatal y la reorganización del sistema de transporte público.

Los trabajadores de la administración pública, representados por la Unión del Personal Civil de la Nación, experimentaron una merma del 6% en sus remuneraciones reales. Este deterioro se inscribe en el marco más amplio de contención del gasto público y reforma del Estado que caracteriza la política económica actual, afectando directamente a cientos de miles de empleados estatales en todo el territorio nacional.

Las actividades económicas con mayor densidad de trabajadores registraron pérdidas homogéneas del 4% en el poder adquisitivo. Los empleados de comercio, junto con los trabajadores de la construcción y los metalúrgicos, conforman este grupo que representa millones de trabajadores argentinos. La uniformidad de estas pérdidas sugiere una tendencia estructural que trasciende las particularidades sectoriales, vinculándose con factores macroeconómicos más amplios.

La evolución temporal de las negociaciones paritarias muestra un comportamiento cíclico que refleja las presiones inflacionarias del período. Durante abril se registró un repunte en el ritmo de los acuerdos salariales, impulsado por el elevado incremento de precios registrado en marzo. Sin embargo, esta recuperación transitoria se desaceleró progresivamente en los 3 meses posteriores, evidenciando las limitaciones estructurales para sostener incrementos salariales acordes con la inflación.

El mes de julio marcó un punto de inflexión descendente en la dinámica paritaria, con aumentos proyectados del 25% anual, estableciendo el registro más bajo de los últimos 4 años. Esta desaceleración contrasta significativamente con períodos anteriores de alta inflación, donde las negociaciones salariales mantenían ritmos más dinámicos para compensar la erosión del poder adquisitivo.

El porcentaje promedio de incrementos salariales de julio experimentó una reducción sustancial, descendiendo al 1,6% desde el 2,3% registrado en junio. Esta disminución de 0,7 puntos porcentuales en el espacio de un mes refleja las dificultades crecientes para mantener el poder adquisitivo de los trabajadores. Las proyecciones de las consultoras económicas estiman que el índice de precios al consumidor de julio se ubicará en torno al 1,8% a 2%, lo que implicaría un nuevo mes de retroceso en la relación precios-salarios.

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La heterogeneidad de la recuperación económica explica parcialmente estos comportamientos salariales diferenciados. Las actividades extractivas, caracterizadas por su baja intensidad en el uso de mano de obra, lideran el proceso de reactivación económica. El sector agropecuario, energético y minero presentan dinámicas positivas que contrastan con el rezago de las actividades urbanas, donde se concentra la mayor cantidad de trabajadores del país.

La construcción representa uno de los sectores más afectados, registrando una contracción del 23% respecto a los niveles de 2023. Esta pronunciada caída se vincula directamente con la paralización de la obra pública, el impacto recesivo general y el encarecimiento de los insumos del sector. La combinación de estos factores genera un círculo vicioso que afecta tanto a empresarios como a trabajadores de la actividad.

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El sector manufacturero presenta un panorama igualmente desafiante, con un nivel de actividad 5,6% inferior al de 2023, según análisis de la consultora Ecolatina. A pesar de algunos signos de recuperación reciente, la industria no logra recuperar los niveles previos de producción y empleo. Esta situación se agrava por la pérdida mensual de 1500 puestos de trabajo durante el último trimestre, acumulando una reducción de 37000 empleos desde agosto de 2023, según datos de la Unión Industrial Argentina.

Las pequeñas y medianas empresas enfrentan la situación más crítica del espectro productivo. La Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino reporta el cierre diario de 40 establecimientos, equivalente a la destrucción de aproximadamente 500 empleos por día. Esta dinámica destructiva del tejido productivo PyME impacta directamente en la generación de empleo y la capacidad de negociación salarial de los trabajadores.

La convergencia de estos factores configura un escenario complejo donde las negociaciones paritarias operan con restricciones múltiples. La desaceleración económica, la contención del gasto público y la reorganización productiva limitan las posibilidades de mejoras salariales significativas. Esta situación plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del consumo interno y la capacidad de recuperación de la actividad económica en el mediano plazo.

El impacto en el consumo se manifiesta de manera heterogénea, con comportamientos dispares entre bienes y sectores sociales. Mientras algunos segmentos mantienen capacidad adquisitiva, amplios sectores de la población enfrentan restricciones crecientes que afectan la demanda interna. Esta fragmentación del mercado consumidor refleja la profundización de las desigualdades socioeconómicas y plantea desafíos adicionales para la política económica nacional.

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