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Promesas y realidades: El discurso de Milei en la Bolsa de Comercio de Rosario

Entre anuncios de desregulación masiva y proyecciones optimistas sobre inflación y crecimiento, Milei plantea un escenario que, si bien es atractivo en papel, merece un análisis crítico y cauteloso

Economía24/08/2024 13News-Economía

El presidente Javier Milei ha vuelto a sacudir el panorama económico argentino con una serie de declaraciones audaces y promesas ambiciosas durante su discurso en la Bolsa de Comercio de Rosario. Entre anuncios de desregulación masiva y proyecciones optimistas sobre inflación y crecimiento, Milei plantea un escenario que, si bien es atractivo en papel, merece un análisis crítico y cauteloso.

La promesa estrella de Milei fue la eliminación de al menos 40.000 de las 80.000 restricciones cambiarias impuestas por el gobierno anterior antes de fin de año. Esta cifra, impactante a primera vista, genera más preguntas que respuestas. ¿Cómo se llegó a contabilizar exactamente 80.000 restricciones? ¿Qué criterios se utilizarán para determinar cuáles eliminar? Y quizás lo más importante, ¿cuál será el impacto real de esta desregulación masiva en la economía cotidiana de los argentinos?

El presidente asegura que el Banco Central está "sacando regulaciones al ritmo de 100 por día", una afirmación que, de ser cierta, implicaría un esfuerzo burocrático monumental. Sin embargo, la velocidad no siempre es sinónimo de eficacia, y cabe preguntarse si este ritmo frenético permite un análisis cuidadoso de las consecuencias de cada eliminación.

Milei señala como evidencia de progreso que el pago de importaciones ha pasado del 15% al 90%. Si bien esto puede interpretarse como una señal positiva para el comercio internacional, también plantea interrogantes sobre el impacto en las reservas del Banco Central y en la balanza comercial del país.

La promesa de crecimiento económico es otro pilar del discurso de Milei. El presidente reconoce que la actividad económica aún se mantiene en niveles bajos, pero asegura que pronto estarán dadas las condiciones para un rebote. Esta proyección optimista contrasta con la realidad que viven muchos argentinos, que aún luchan con una inflación alta y un poder adquisitivo mermado.

Milei menciona una "fuerte recuperación de los salarios reales" en los últimos tres meses, afirmando que están ganando sistemáticamente a la inflación. Sin embargo, esta afirmación merece un escrutinio más detallado. ¿Se aplica esta recuperación a todos los sectores por igual? ¿Cómo se compara con la pérdida de poder adquisitivo acumulada en los meses anteriores?

El presidente también asegura que las jubilaciones están recuperándose contra la inflación gracias al cambio de fórmula propuesto por su gobierno. Esta declaración llega en un momento particularmente sensible, dado el reciente veto presidencial a la ley de movilidad jubilatoria aprobada por el Congreso. La discrepancia entre la visión del gobierno y la del poder legislativo sobre este tema pone de manifiesto la complejidad del debate sobre la protección de los ingresos de los adultos mayores.

Milei sostiene que ocho de diez indicadores importantes de alta frecuencia muestran que la economía está "saliendo adelante". Sin embargo, no especifica cuáles son estos indicadores ni proporciona datos concretos que respalden esta afirmación. En un contexto de desconfianza generalizada hacia las estadísticas económicas, sería crucial contar con información más detallada y transparente.

La teoría de Milei sobre el ciclo de stocks y su impacto en la actividad económica es interesante, pero simplifica en exceso una realidad económica mucho más compleja. Si bien es cierto que la acumulación y liquidación de stocks puede influir en los ciclos económicos, hay muchos otros factores en juego que el presidente parece pasar por alto en su análisis.

Quizás uno de los puntos más controvertidos del discurso de Milei es su afirmación de que es posible "crecer con cepo". Esta declaración parece contradecir su propia retórica anterior sobre la necesidad urgente de eliminar las restricciones cambiarias. El argumento de que el ajuste fiscal ha devuelto 15 puntos del PBI al sector privado en forma de ahorro es optimista en el mejor de los casos, y no tiene en cuenta los efectos recesivos que el propio ajuste puede generar.

Los cálculos de Milei sobre la inflación son particularmente llamativos. Su afirmación de que la "verdadera inflación" está viajando a un ritmo del 5% o 6% anual contrasta fuertemente con la experiencia cotidiana de los argentinos y con las mediciones oficiales. Si bien es cierto que la inflación ha mostrado signos de desaceleración, pasar de discutir una potencial hiperinflación a hablar de una inflación de un dígito en cuestión de meses parece más un ejercicio de wishful thinking que un análisis económico riguroso.

El presidente se enorgullece de haber logrado esta supuesta reducción de la inflación "sin atravesar la hiper que licuara todos los saldos reales y sin expropiaciones". Sin embargo, no menciona el costo social y económico que han tenido las medidas de ajuste implementadas por su gobierno.

En conclusión, el discurso de Milei en la Bolsa de Comercio de Rosario presenta una visión optimista y ambiciosa del futuro económico argentino. Sin embargo, muchas de sus afirmaciones y promesas requieren un análisis más profundo y un contraste con la realidad que viven los ciudadanos.

La eliminación masiva de regulaciones cambiarias, si bien puede ser necesaria en cierta medida, no debe llevarse a cabo de manera apresurada y sin considerar cuidadosamente sus consecuencias. El crecimiento económico y la reducción de la inflación son objetivos loables, pero las proyecciones excesivamente optimistas pueden generar expectativas irreales y, a la larga, socavar la confianza en las políticas económicas del gobierno.

El desafío para Milei y su equipo económico será traducir estas promesas y proyecciones en mejoras tangibles en la vida de los argentinos. La verdadera prueba de éxito no estará en los números macroeconómicos o en la cantidad de regulaciones eliminadas, sino en la capacidad de la economía para generar empleo de calidad, aumentar el poder adquisitivo de los ciudadanos y proporcionar estabilidad y previsibilidad a largo plazo.

Mientras tanto, es crucial mantener un debate público informado y crítico sobre las políticas económicas del gobierno. Los ciudadanos, los medios de comunicación y los expertos independientes tienen un papel fundamental en analizar, cuestionar y, cuando sea necesario, desafiar las afirmaciones y proyecciones oficiales. Solo a través de este escrutinio constante y constructivo se podrá avanzar hacia una economía verdaderamente saludable y equitativa para todos los argentinos.

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