La sexta jornada consecutiva del enfrentamiento directo entre Israel e Irán marcó un punto de inflexión decisivo cuando el líder supremo Ali Khamenei emitió una advertencia contundente dirigida específicamente hacia Estados Unidos. Durante un mensaje televisado transmitido por la cadena estatal iraní, el ayatolá manifestó que cualquier intervención militar estadounidense provocaría consecuencias devastadoras e irreversibles para la estabilidad regional.

La declaración de Khamenei surge en momentos donde Donald Trump evalúa proporcionar armamento especializado a las Fuerzas de Defensa israelíes, particularmente bombas antibúnker de alta capacidad destructiva diseñadas para neutralizar instalaciones subterráneas. Esta consideración presidencial responde a las reiteradas solicitudes del primer ministro Benjamin Netanyahu, quien durante conversaciones telefónicas recientes insistió sobre la necesidad urgente de contar con este equipamiento militar avanzado.

Las operaciones aéreas israelíes alcanzaron una escala sin precedentes durante las últimas horas, cuando más de 50 aeronaves de combate ejecutaron ataques coordinados contra objetivos estratégicos ubicados en la capital iraní. El blanco principal consistió en un centro de producción de centrifugadoras situado en Teherán, instalación fundamental para incrementar las capacidades de enriquecimiento de uranio con propósitos armamentísticos.

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El Organismo Internacional de Energía Atómica confirmó la destrucción completa de dos edificios donde se manufacturaban componentes críticos para las centrifugadoras del programa nuclear iraní en Karaj, localidad próxima a la capital. Adicionalmente, los bombardeos impactaron un edificio del Centro de Investigación de Teherán, donde se fabricaban y sometían a pruebas rotores para centrifugadoras de tecnología avanzada.

Las Fuerzas de Defensa israelíes sostuvieron que estas instalaciones constituyen elementos centrales del programa nuclear iraní, el cual Tel Aviv busca desmantelar antes de que alcance una capacidad operativa que considere irreversible para la seguridad regional. La campaña militar israelí forma parte de una estrategia integral orientada a dañar tanto el programa de armamento nuclear como la industria manufacturera de misiles del régimen persa.

Los ataques se extendieron hacia múltiples fábricas de armamento iraníes, incluyendo plantas de ensamblaje de misiles superficie-superficie utilizados en los recientes bombardeos contra territorio israelí. También fueron alcanzadas instalaciones dedicadas a la fabricación de sistemas de misiles superficie-aire, componentes esenciales de la defensa antiaérea iraní.

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Previo a la ejecución de los bombardeos, el portavoz en árabe de las Fuerzas de Defensa, Avichay Adraee, emitió advertencias específicas dirigidas a residentes de Teherán. El mensaje instaba a evacuar inmediatamente el área designada como sector 18 del mapa operacional, señalando que la presencia civil en esa zona comprometía gravemente la seguridad de los habitantes.

El general de brigada Efi Defrin, portavoz de las Fuerzas de Defensa israelíes, declaró que la Fuerza Aérea israelí opera con total libertad en territorio iraní, calificando la ofensiva actual como una operación sin precedentes a escala mundial. Según cifras oficiales, las operaciones israelíes han alcanzado más de 1100 objetivos militares y nucleares desde el inicio del conflicto.

La respuesta iraní ha sido proporcionalmente intensa, con el lanzamiento de más de 400 misiles y centenares de drones contra territorio israelí desde el viernes pasado. La oficina del primer ministro Netanyahu reportó que estos ataques han impactado al menos 40 puntos distribuidos en diferentes regiones del país, generando daños materiales considerables.

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Las estadísticas provisionales indican que 24 personas han perdido la vida en Israel, mientras más de 800 resultaron heridas y aproximadamente 3800 residentes fueron evacuados de sus hogares. La Autoridad Tributaria israelí ha registrado cerca de 19000 reclamos por daños materiales, evidenciando el alcance destructivo de la ofensiva iraní.

Durante las primeras horas del miércoles, las Fuerzas de Defensa israelíes interceptaron 7 drones lanzados desde Irán antes de que cruzaran el espacio aéreo nacional. Las sirenas se activaron en los Altos del Golán, pero todos los aparatos no tripulados fueron neutralizados sin provocar daños adicionales.

Las operaciones israelíes no han estado exentas de pérdidas, ya que las autoridades militares confirmaron que uno de sus drones fue derribado por un misil superficie-aire iraní en la zona de Isfahan. Sin embargo, las Fuerzas de Defensa aseguraron que no existe riesgo de filtración de información sensible del aparato destruido.

La Fuerza Aérea israelí ha operado consistentemente a más de 1500 kilómetros de distancia sobre territorio iraní, con el objetivo de neutralizar amenazas vinculadas al programa de misiles balísticos del régimen. Hasta el momento, han sido destruidas más de 70 baterías de defensa antiaérea iraníes, según informes militares oficiales.

El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, afirmó que las operaciones militares están destruyendo los símbolos fundamentales del régimen iraní, desde la autoridad de radiodifusión hasta otros objetivos estratégicos. Katz describió la situación como un tornado que atraviesa la capital iraní, mientras multitudes de residentes abandonan sus hogares.

Donald Trump suspendió las iniciativas diplomáticas sugeridas por Omán y Qatar para negociar un cese del fuego entre ambas naciones, acercándose progresivamente a la posibilidad de suministrar las bombas antibúnker solicitadas por Netanyahu. Esta decisión representa un alejamiento definitivo de las opciones diplomáticas en favor de soluciones militares directas.

En su discurso televisado, Khamenei enfatizó que la nación iraní se opone firmemente tanto a una guerra impuesta como a una paz forzada, declarando que el país nunca se rendirá ante dictados externos. El líder supremo subrayó que los estadounidenses deben comprender que cualquier intervención militar implicará daños irreparables para todas las partes involucradas.

El papa León XIV intervino en la crisis durante la Audiencia General del miércoles, condenando firmemente la guerra e instando a los responsables a detener el sufrimiento en múltiples escenarios de conflicto, incluyendo Ucrania, Israel, Gaza e Irán. El pontífice señaló que el uso de armamento nuclear constituye una barbarie superior a cualquier otra forma de violencia.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, acusó a Irán de fomentar el terrorismo en Medio Oriente y pidió que no se permita el avance del programa nuclear iraní. Von der Leyen sugirió que el actual escenario de violencia podría generar una oportunidad crítica para la liberación de rehenes que permanecen cautivos en Gaza.

La escalada militar entre ambas naciones mantiene a la comunidad internacional en estado de alerta máxima, mientras los mecanismos diplomáticos tradicionales parecen haber perdido efectividad ante la determinación de ambos gobiernos de resolver el conflicto mediante medios militares. La situación amenaza con expandirse hacia una conflagración regional de consecuencias impredecibles para la estabilidad mundial.