Una de cal y otra de arena: Inflación mayorista del 2% en Setiembre, pero el costo de la construcción se dispara a 4.9%
En un escenario económico que continúa desafiando las expectativas, Argentina experimenta tendencias divergentes en dos indicadores clave: mientras la inflación mayorista muestra signos de moderación, el costo de la construcción se acelera significativamente
En un escenario económico que continúa desafiando las expectativas, Argentina experimenta tendencias divergentes en dos indicadores clave: mientras la inflación mayorista muestra signos de moderación, el costo de la construcción se acelera significativamente. Esta dinámica contrastante revela la complejidad del panorama económico actual y plantea interrogantes sobre la estabilidad de los precios en diferentes sectores de la economía.
Según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), el Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) registró un aumento del 2% en septiembre de 2024 respecto al mes anterior. Esta cifra, que se ubica por debajo del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del mismo mes (3,5%), sugiere una desaceleración en la presión inflacionaria a nivel mayorista.
El desglose del IPIM revela patrones interesantes. Los productos nacionales experimentaron un incremento del 2,3%, mientras que los productos importados sorprendentemente mostraron una disminución del 1,4%. Este comportamiento divergente entre productos locales e importados podría atribuirse a factores como la estabilidad relativa del tipo de cambio y las políticas de importación implementadas por el gobierno.
Dentro de los productos nacionales, se destacan algunas variaciones significativas. La energía eléctrica, por ejemplo, registró un aumento del 4,2%, superando el promedio general. Este incremento en los costos energéticos podría tener repercusiones en diversos sectores productivos en los próximos meses. Por su parte, los productos primarios y los manufacturados mostraron aumentos del 2,3% y 2,2% respectivamente, alineándose con la tendencia general del índice.
Es notable que, a pesar de estos aumentos, la inflación mayorista acumulada en lo que va del año (61,5%) y en los últimos doce meses (197,3%) se mantiene por debajo del avance del IPC, que alcanzó un 101,6% y 209% respectivamente en los mismos períodos. Esta brecha entre la inflación mayorista y minorista podría sugerir que existe un margen para futuros aumentos en los precios al consumidor, a medida que los costos mayoristas se trasladen gradualmente a los precios finales.
Sin embargo, el panorama cambia drásticamente cuando se analiza el sector de la construcción. El Índice del Costo de la Construcción (ICC) en el Gran Buenos Aires experimentó un salto significativo del 4,9% en septiembre, superando ampliamente tanto la inflación mayorista como la minorista del mismo período. Este aumento llevó el acumulado del año al 72,7% y la variación interanual al 169,6% para el sector de la construcción.
El incremento en el costo de la construcción se debe principalmente a un aumento sustancial en el costo de la mano de obra, que se elevó un 8,2% en septiembre. Este aumento salarial refleja los nuevos valores establecidos por el acuerdo de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), vigente desde el 21 de agosto de 2024. Dentro de este rubro, los salarios registrados avanzaron un impresionante 9,1%, mientras que los subcontratos aumentaron un 4,2%.
Los materiales de construcción, por su parte, mostraron un incremento más moderado del 1,7%, mientras que los gastos generales subieron un 5,8%. Este último aumento se vio influenciado por la incorporación de nuevos valores tarifarios eléctricos aprobados por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) para las distribuidoras Edenor y Edesur a partir del 1 de septiembre.
El análisis detallado por ítem de obra revela variaciones significativas. Los mayores aumentos se observaron en "Movimiento de tierra" (9,3%), "Albañilería" (6,7%), "Estructura" (5,6%) y "Otros trabajos y gastos" (5,3%). En contraste, los menores incrementos se registraron en "Instalación sanitaria y contraincendios" (1,6%), "Instalación de gas" (1,5%), "Vidrios" (1,5%) y "Carpintería metálica y herrería" (0,5%).
Esta disparidad entre la inflación mayorista y el costo de la construcción plantea varios interrogantes sobre la dinámica económica actual. Por un lado, la moderación de la inflación mayorista podría interpretarse como una señal positiva, sugiriendo que las políticas de estabilización del gobierno están teniendo cierto efecto en contener las presiones inflacionarias a nivel productivo. Sin embargo, el hecho de que esta moderación no se refleje en el sector de la construcción indica que existen factores específicos de la industria que están impulsando los costos al alza.
El aumento significativo en los costos de construcción podría tener implicaciones importantes para el sector inmobiliario y la economía en general. Un encarecimiento sostenido de la construcción podría desalentar nuevas inversiones en el sector, afectando tanto la oferta de viviendas como la generación de empleo en una industria que tradicionalmente ha sido un motor importante de la economía argentina.
Además, el contraste entre la inflación mayorista y el costo de la construcción podría indicar desbalances en diferentes sectores de la economía. Mientras algunos sectores parecen estar experimentando una relativa estabilización de precios, otros, como la construcción, enfrentan presiones alcistas significativas. Esta heterogeneidad en la evolución de los precios podría complicar la formulación de políticas económicas uniformes y efectivas.
La situación actual también plantea desafíos para los trabajadores y empresarios del sector de la construcción. Si bien los aumentos salariales son una buena noticia para los trabajadores en términos nominales, el hecho de que superen significativamente la inflación general podría poner presión sobre la rentabilidad de las empresas constructoras, especialmente en un contexto de demanda debilitada por la recesión económica.
Por otro lado, la caída en los precios de los productos importados en el índice mayorista (-1,4%) merece atención. Esta disminución podría ser el resultado de políticas de apertura comercial o de un tipo de cambio favorable para las importaciones. Sin embargo, también podría indicar una desaceleración en la demanda interna de bienes importados, lo cual sería consistente con un escenario de contracción económica.
Mirando hacia adelante, estos datos sugieren que la economía argentina se encuentra en un momento de transición complejo. La moderación de la inflación mayorista podría ser una señal temprana de que las políticas de estabilización están comenzando a surtir efecto. Sin embargo, el aumento acelerado en el costo de la construcción indica que aún existen presiones inflacionarias significativas en sectores clave de la economía.
Para los hacedores de política económica, el desafío será navegar este escenario heterogéneo, buscando mantener la tendencia a la baja en la inflación mayorista mientras se abordan los factores específicos que están impulsando el aumento en los costos de construcción. Esto podría requerir un enfoque más matizado en la política económica, que tome en cuenta las dinámicas particulares de diferentes sectores.
Para los inversores y empresarios, estos datos subrayan la importancia de un análisis cuidadoso de las tendencias sectoriales. Mientras algunos sectores podrían ofrecer oportunidades debido a la estabilización de costos, otros, como la construcción, podrían requerir estrategias más cautelosas debido al aumento de costos.
En última instancia, la divergencia entre la inflación mayorista y el costo de la construcción es un recordatorio de la complejidad de la economía argentina. Mientras el país continúa luchando por alcanzar la estabilidad macroeconómica, es probable que veamos más de estas discrepancias sectoriales, que requerirán un monitoreo constante y respuestas políticas ágiles y adaptativas.
La pregunta que queda flotando en el aire es si esta moderación en la inflación mayorista es el comienzo de una tendencia más amplia hacia la estabilización de precios, o si el aumento en el costo de la construcción es un presagio de presiones inflacionarias que eventualmente se extenderán a otros sectores. La respuesta a esta pregunta será crucial para determinar el rumbo de la economía argentina en los próximos meses y años.
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