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Empresas argentinas atrapadas entre el dólar barato y el persistente "costo argentino" que amenaza su competitividad

El nuevo esquema cambiario implementado por el gobierno argentino, que mantiene al dólar cercano al piso de la banda cambiaria, genera preocupación en el sector productivo al agravar el ya elevado "costo argentino

Economía08/05/2025 13News-Economía

 La Newsletter de Gustavo Reija - Economista-CEO NETIA GROUP

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El nuevo esquema cambiario implementado por el gobierno argentino, que mantiene al dólar cercano al piso de la banda cambiaria, genera preocupación en el sector productivo al agravar el ya elevado "costo argentino". Este fenómeno amenaza la competitividad de las empresas locales en un contexto de apertura comercial y apreciación de la moneda nacional.

Según un reciente informe de la consultora Sistémica, dirigida por Federico Poli, los costos industriales medidos en dólares aumentaron un 8,9% durante 2024, con un incremento particularmente pronunciado en el primer semestre que alcanzó el 12,4%. Aunque en la segunda mitad del año se registró una disminución del 3,1%, esta no compensó la subida inicial y estuvo vinculada a la apertura importadora y la presión de precios sobre la industria.

En el primer trimestre de 2025, bajo la reducción del "crawling peg" de 2% a 1% mensual, se reportó un nuevo incremento del 2,5% en los costos industriales, afectando particularmente al componente de mano de obra. Esta tendencia alcista representa un desafío adicional para un sector productivo que ya enfrenta múltiples obstáculos estructurales.

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La orientación de la política cambiaria quedó clara durante una presentación del director del Banco Central, Federico Furiase, quien explicó que "el nuevo esquema cambiario está diseñado para que el tipo de cambio esté más cerca del piso que del techo, por una cuestión de flujos" y enfatizó que la prioridad gubernamental sigue siendo la desinflación. Esta estrategia, sin embargo, genera tensiones con los objetivos de competitividad del sector productivo.

El llamado "costo argentino" abarca diversos componentes que afectan negativamente a las empresas. Agostina Monti Salías, especialista en desarrollo productivo, señala que Argentina tiene una de las mayores presiones fiscales sobre el sector formal a nivel global. Además, sufre una severa escasez de financiamiento, que representa apenas el 6% del PBI, cuando en otros países de la región esta proporción alcanza el 60%.

La infraestructura logística constituye otro factor crítico. El costo logístico en Argentina supera en aproximadamente un 43% al promedio latinoamericano, provocando una seria desventaja competitiva. "Si a todo esto se le suma la presión cambiaria y baja de barreras, se hace muy difícil competir con las empresas extranjeras", advierte Monti Salías.

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La consultora Sistémica resalta que el actual escenario de relajamiento "generalizado y no selectivo" de aranceles y barreras comerciales puede no contribuir efectivamente a incrementar la competitividad mediante la reducción de costos de insumos. Por el contrario, expone a las empresas locales a pérdidas significativas de participación en el mercado interno frente a competidores internacionales.

Respecto a la expectativa gubernamental de que la apertura importadora genere una desaceleración de la inflación, la consultora cuestiona su viabilidad. Si bien reconoce que durante 2023 pudieron existir "márgenes excesivos" en algunos sectores, señala que estos fueron progresivamente absorbiendo subas de costos sin trasladarlas completamente a precios.

"Puede haber sectores puntuales que, frente a una demanda que se retrae, puedan realizar reducciones de precios; sin embargo, no esperamos que sea un fenómeno que coloque a la economía en un sendero de deflación. Solo en una economía en depresión se podría esperar un escenario de ese tipo", advierte el informe de Sistémica.

Esta perspectiva coincide con la visión de Monti Salías, quien considera que aunque algunas empresas podrán reducir márgenes para mantenerse competitivas, "no es el caso de la mayoría". La especialista alerta que "probablemente muchos precios no puedan bajar si se siguen manteniendo este tipo de costos para las empresas", convirtiendo la discusión sobre márgenes en un tema central del debate económico actual.

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En este contexto desafiante, el sector empresarial ha recibido con optimismo la reciente eliminación de los derechos de exportación del 88% de los productos industriales. Esta medida beneficiará inicialmente a 3.580 empresas, casi el 40% de las que exportan en Argentina, que dejarán de pagar retenciones de entre 3% y 4,5% sobre el valor de sus mercancías.

La Unión Industrial Argentina (UIA), bajo su nuevo titular Martín Rappallini, calificó positivamente el anuncio, considerándolo "una buena señal para empezar". Sin embargo, la entidad continúa impulsando su histórica agenda centrada en la reducción de la carga impositiva y la mejora de la productividad, considerando que con un tipo de cambio previsiblemente estable, estos factores ganan relevancia para la competitividad.

"Ningún empresario en ningún producto tiene una ganancia neta del 50% como tiene el Estado, cuando comprás algo casi la mitad son impuestos", señalan representantes del sector industrial, evidenciando la magnitud del problema fiscal.

La combinación de factores logísticos, impositivos y cambiarios conforma el núcleo del "costo argentino", un fenómeno que según advierte Sistémica, está impulsando tanto a pymes como a empresas transnacionales a reducir o abandonar la producción en el país. Aunque fuentes empresariales matizan que muchas compañías extranjeras que ahora abandonan el mercado "tomaron la decisión durante el gobierno anterior", aprovechando las flexibilizaciones cambiarias actuales para "retirarse y limpiar el balance".

La tensión entre la estrategia desinflacionaria del gobierno mediante un dólar barato y las necesidades competitivas del sector productivo representa uno de los grandes desafíos económicos del momento. Rappallini buscará abordar esta problemática en su esperado encuentro con el ministro de Economía, Luis Caputo, aunque los acercamientos con el gabinete ya han comenzado con una reunión con el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.

Mientras tanto, el sector industrial observa con preocupación cómo la apreciación cambiaria, combinada con la apertura comercial y los persistentes problemas estructurales, configura un escenario particularmente adverso para la producción local. La posibilidad de mantener la competitividad en estas condiciones representa un desafío mayúsculo que requerirá no solo ajustes macroeconómicos, sino también profundas reformas microeconómicas que aborden integralmente el multifacético "costo argentino".

La evolución de estos factores definirá en gran medida la viabilidad del actual modelo económico y su capacidad para conciliar los objetivos de estabilización con la preservación y desarrollo del aparato productivo nacional en un entorno global cada vez más competitivo.

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